lunes, 11 de mayo de 2015

La importancia de la escritura

Escribir bien nos aporta unos datos importantísimos sobre una persona. Nos proporciona pistas sobre su cultura básica, si es una persona nerviosa, si hace las cosas corriendo, si piensa antes de actuar, si valora los detalles, y un largo etcétera. Hoy día escribir correctamente se ha convertido en una necesidad para autónomos y empresas, puesto que hacerlo de forma incorrecta puede dar una imagen errónea de nosotros mismos a nuestros clientes. El estrés, las prisas o la presión por la situación económica en la que nos encontramos, puede hacer que descuidemos los detalles, aparentando una falta de dedicación y, en algunos casos, un bajo nivel cultural.

Somos lo que escribimos, y ya que hace poco hablábamos de branding personal, aquí comienza nuestra construcción de marca. ¿Qué imagen estamos dando cuando escribimos incorrectamente? ¿Creéis que os van a tomar en serio con una mala escritura? No, rotúndamente, no. No es simplemente la ortografía, está la sintaxis, el uso de sinónimos que enriquezcan el texto, el uso de las comas y puntos de forma correcta... sí, no están sólo para decorar.

Hay gente que piensa que para escribir correctamente sólo necesita echar mano, como única ayuda, del corrector automático de su procesador de textos. En un mundo dominado por la tecnología creemos que los correctores automáticos de nuestros ordenadores deben ser infalibles siendo esta una creencia absolutamente falsa.
El problema de los correctores automáticos es que no saben pensar, no saben discernir entre cuándo es correcto utilizar, por ejemplo, «ay», «hay» o «ahí», pudiendo tomar como válida cualquiera de sus formas. Su actividad queda limitada a la ortografía, siendo incapaces de controlar el estilo o los ajustes significativos del texto.

Además nuestra lengua sufre paulatinamente cambios que afectan a su misma gramática y ortografía. Un claro ejemplo lo tenemos en la Ortografía de la lengua española, que en el año 2010 introdujo novedades tales como la supresión de la tilde en palabras como «guion» o «truhan», o en el adverbio «solo» y en los pronombres demostrativos.

El corrector automático ignora todos estos cambios si no hay «alguien que se lo indique», a diferencia de la persona que se dedica a la corrección, al ser una de sus mayores obligaciones estar continuamente actualizándose, «casi diariamente» podríamos decir sin exagerar demasiado.



Aquí os dejamos algunos consejos y/o trucos para realizar una buena redacción:

1. Ten claro lo que vas a decir

¿Qué quiero decir?, ¿cómo quiero decirlo?, ¿para qué es?… Estas y otras preguntas son las que nos debemos hacer antes de ponernos a escribir. Lo principal es que tengamos muy claro de qué vamos a hablar antes de empezar, para que la redacción no se nos complique y acabe siendo liosa. Hacer un esquema con las ideas principales y secundarias del texto y lo que va en cada tema o lo que no se nos puede olvidar contar, nos va a ayudar a organizarnos.

2. Utiliza frases cortas

Debemos pensar para quién estamos escribiendo. Hay que intentar que nos entienda. Bueno, más que intentar, hay que conseguirlo. Si no somos un Cervantes en potencia, mejor que nos centremos en escribir frases cortas y nos olvidemos de interminables subordinadas. Trasmitir la idea de forma sencilla y concisa siempre dará buen resultado.



3.  Adjetivos "go away"

Un adjetivo bien usado ayuda a describir lo que queremos decir. Da color al texto. Pero no nos dejemos engañar por su apariencia inocente de complemento del sustantivo, no. El adjetivo es un ente malvado que crea adicción y convierte cualquier texto sencillo en una rimbombante compilación de palabras llenas de florituras, que trasmiten imágenes repelentemente cursis. Y peor aún es la capacidad de este recurso para convencernos de que escribimos bien cuando realmente es mentira: es como embadurnarse en colonia para no ducharse, cuela al principio, pero tras una semana así, es probable que nuestros amigos dejen de llamarnos para quedar.

4. Por aquí no podemos pasar

A estas alturas, con el corrector del Word, los correos electrónicos de la Fundéu y la Real Academia en una aplicación del móvil, cometer faltas de ortografía es pecado mortal. Y no porque no podamos fallar, que podemos, sino porque tenemos que revisar lo que escribimos. Hay que dudar de nuestra fiabilidad y comprobar si hemos metido la pata, enterarse de las novedades en el lenguaje (palabras que se admiten, cuáles se usan mal, etc.), y poner bien las tildes.

5. No se escribe como se habla

La construcción del lenguaje hablado y del escrito son diferentes. La redacción de un artículo periodístico o de un trabajo para la universidad no puede ni debe ser un texto literario, pero tampoco una conversación con los amigos o amigas. Tanto si nos decidimos por un estilo distendido, uno más neutral o uno de carácter académico, debemos cuidar que las frases no sigan el patrón de una conversación, sino el de una redacción. Cada frase debe tener sujeto, predicado y los complementos necesarios, y cada idea debe estar enunciada y concluida, sin que se quede nada en el aire. Una buena comprobación de que no funciona lo de escribir como hablamos, es el grabador de mensajes por voz del WhatsApp: si grabamos una conversación sin esforzarnos en cuidar el lenguaje, al leer el mensaje veremos que el resultado es rarísimo.



6. Los puntos y las comas no son un elemento decorativo

El lector necesita respirar y comprender. Nosotros necesitamos concluir las ideas, enumerarlas, explicarlas. Puntuar correctamente es indispensable para redactar bien y además nos ayuda a organizar nuestros pensamientos para que el texto no sea caótico.

7. La manera más sencilla de quedar fatal

No por poner un montón de palabras “cultas” va a parecer que sabemos más. Si normalmente no están integradas en nuestro vocabulario, puede que no las usemos bien o que el texto quede muy forzado. Antes de hacer el ridículo usando un palabro súper rebuscado donde no debería estar, mejor que expliquemos lo que queremos decir de una manera simple y honesta. Lo importante es comunicar y que el lector nos entienda, no alimentar nuestro ego a base de esdrújulas. Eso sí, es imprescindible tener cuidado con repetir todo el tiempo las mismas palabras. Un diccionario de sinónimos nos va a venir de perlas para enriquecer nuestra redacción.

Escribir maravillosamente es un arte reservado a unos pocos afortunados y afortunadas, pero escribir bien y de forma correcta lo podemos hacer todos y todas, y la buena noticia es que como mejor se aprende es leyendo y practicando. Además de fácil, divertido. ¿Qué más se puede pedir?






Jagoba Ormaetxea
CEO & Co-Founder TAOM

















Fuente:http://www.etitulo.com/7-trucos-para-hacer-una-buena-redaccion/





sábado, 9 de mayo de 2015

Vuelve a pensar. Sé original.

Nos enfrentamos al mayor cambio tecnológico, musical, publicitario y socio-económico de todos los tiempos. Aunque, quizás, no seamos conscientes de la totalidad de cambios que sufrimos diariamente. Gigantes como YouTube, Facebook, Instagram, Skype, Smartphones... Pero, ¿qué narices es todo esto? ¿Qué capacidad posee nuestro cerebro para interiorizar tantísima información compleja y poder plasmarla de una forma satisfactoria? El mundo se reinventa. Y, ¿el ser humano? Debemos reinvertarnos. Estamos obligados a evolucionar (muchos involucionar). La era de las ideas, del diseño, del marketing, de las marcas... O evolucionas y eres original, o hasta luego.


Los cambios van más rápido por fuera de las empresas que por dentro. La irrupción digital, los cambios en las necesidades de los clientes, los nuevos puestos a cubrir, la reorientación de objetivos y un nuevo mercado exigen de una visión clara, de capacidad de experimentación, innovación y sobre todo de mucha valentía. Es tiempo de valientes.

Cada uno de nosotros y nosotras, elige lo que representar frente al mundo, construyendo una identidad pública, la identidad que queremos que el resto vean. Cada tweet, cada post en facebook, cada subida a Flickr; cada comentario en LinkedIn es parte de la construcción de esa imagen que queremos que la gente vea.

Incluso las empresas pequeñas pueden convertirse en marcas globales gracias a la conversación y al intercambio de información que transcurre en la web social. En ese sentido, lo mejor sería planificar en consecuencia, ya que tanto la promesa de marca como los mensajes y la imagen serán traducidos a una audiencia global.

El gran cambio no lo ha generado la crisis pero lo ha acentuado. Como os he comentado, el mundo vive en un proceso de cambio permanente por eso lo que cuenta es la visión a medio y largo plazo. Las marcas y las personas estan siendo protagonistas de esta nueva era. Los elementos claves para destacar: coherencia, trayectoria, confianza, evolución, innovación y adaptabilidad. 

Un nuevo mundo necesita de nuevas ideas, nuevas preguntas, nuevas estrategias y, fundamentalmente, de nuevos conceptos. Este es un buen momento para fomentar la noción de confianza en las marcas y la gente y asegurarles longevidad, aspectos que les ayudarán a posicionarse más allá de la crisis y más allá de las nuevas décadas.



PIENSA Y SÉ ORIGINAL



- "La gente me pregunta `¿Usas computadoras para diseñar?´, y yo les digo, `No, yo uso mi cerebro, es mucho más veloz´.” - Ken Cato 

 

 

 

 

  Jagoba Ormaetxea
CEO & Co-Founder